Un Abogado Penalista en Madrid puede decidir especializarse en varias áreas. Cuando el delito cometido tiene implicaciones penales para la persona que potencialmente lo ha cometido, se habla de un abogado penalista, una especialización muy particular de la profesión jurídica que, dada la delicadeza de las situaciones a las que se enfrenta, requiere ciertos rasgos de carácter.

A diferencia del abogado civil, que se ocupa de los casos laborales o de los conflictos de condominio, y del abogado matrimonialista, que se ocupa de los divorcios y de los derechos de los hijos implicados en la separación de dos cónyuges, el abogado penalista se ocupa de todos aquellos casos que implican a la persona y puede representar tanto a la persona que ha cometido el delito como a la que lo ha sufrido.

Qué hace el abogado penalista Por lo tanto, cada vez que tenga que enfrentarse a una violación de la ley, estará tratando con un delito penal.

La función del abogado penalista es precisamente la de defender al acusado poniéndose de su parte en el juicio, asistiéndolo o representándolo.

Entre las infracciones penales de las que se ocupa este abogado, las más comunes son la malversación y el hurto, el crimen, el robo, la agresión sexual o las infracciones de tráfico. Estas infracciones dan lugar a penas de prisión o a multas, según el tipo de infracción. La formación de un abogado penalista Como cualquier jurista, el abogado penalista debe asistir a la Facultad de Derecho o a la Facultad de Ciencias Jurídicas. Tanto la carrera canónica de 5 años como la de 3 años más dos de especialización son adecuadas para este fin. Al final del curso universitario, se debe discutir una tesis en la graduación, y la nota final también es decisiva.

La diferencia entre un tipo de abogado que se especializa en un campo y otro que decide especializarse en otro campo radica en los 18 meses de formación profesional, es decir, durante las prácticas profesionales en un profesional, un bufete o una empresa que opera en el mismo campo.